domingo, 30 de octubre de 2011

No te engañé, no te mentí


Podría pasarle a cualquiera. Vas en el San Martín un jueves a la tarde. Al lado tuyo se sienta un pibe que ni bien se acomoda recibe un llamado. Entonces escuchás -de escruche, haciéndote bien el boludo- que el muchacho dejó colgada a la novia toda la semana. ¿Se fue de caravana con el Burro Ortega? No. ¿Se perdió en Aldo Bonzi con Pity Álvarez? Tampoco. El pibe la dejó por estar en campaña con Ricardo Alfonsín.

Si sos un puto de la Cámpora reventás de envidia. Pero la violencia quedó en el ayer, la gente está contenta y te vas con él, hasta San Miguel, ponele. El paisaje va transformándose ante tus ojos. Creés ver un Pumper allá, un local de Snikers por ahí. Pasan imágenes como en diapositivas. Un hombre que vende mazos de cartas que tiene un bigote como el de Deolindo Bittel. Vos tenés frío y pensás que deberías llevar puesta la campera de jean con corderito.

El tren vuela. Ya podés ver la estación llena de gente con la boina y bufanda, usando calzas horribles, las mujeres con los pelos como cacatúas, usando aros de geometría imposible, remeras con mangas 3/4, chicos con buzos diporto, pantalones nevados de repente, amigos que creías muertos, michael jackson con las manos llenas de grammys, todo el mundo, chicas con enterizas, cinturón y polainas, camila perissé, caminás, ves cámaras de ATC, gente con jogging de tela de avión, anteojos de sol con correas flúo, mujeres tomando Tab, todo el pueblo, chicas con hombros al aire, cuellos bote, adidas wimbledon, todo el pueblo unido al fin, teenagers con calza de licra, rockeras con jopito, Raúl Porchetto bailando en la vereda, todos, todos juntos con Alfonsín, Domingo Di Núbila y negros que bailan breakdance, Pablo Rago con pantalones pinzados, todos, todos van cantando vamos vamos... Ricardo Alfonsín.


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